sábado, 31 de diciembre de 2016

TDAH y “déficit en la inhibición conductual”.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) segun el modelo de las funciones ejecutivas de Russell Barkley (1997) cambia totalmente el enfoque del TDAH y se desvía de los 3 síntomas clásicos (inatención, hiperactividad e impulsividad) para identificar en un mal funcionamiento de la corteza prefrontal la causa de lo que el autor denomina “déficit en la inhibición conductual”.

¿QUÉ ES LA INHIBICIÓN CONDUCTUAL?
La inhibición conductual es definida por Barkley como la capacidad del niño para frenar las respuestas motoras y emocionales que se producen inmediatamente después de la presentación de un estímulo para sustituirlas por otras más adecuadas. En definitiva, el niño debe inhibir por un lado la ejecución de la respuesta impulsiva y evitar por otro los estímulos internos o externos que puedan interferir en dicho proceso (Orjales, 2000). En el espacio de tiempo que existe entre la inhibición de la primera respuesta y la segunda, se ponen en marcha las funciones ejecutivas, que ayudan al individuo a resistir distracciones, fijarse nuevas metas y hacer todo lo necesario por alcanzarlas. Las 4 funciones ejecutivas que Barkley considera alteradas en el TDAH son:


  1.  La memoria de trabajo
  2. El habla autodirigida
  3. ELl control de la motivación
  4. Las emociones y el estado de alerta y el proceso de reconstitución.

1. MEMORIA DE TRABAJO

La memoria de trabajo es la que retiene la información para su utilización una vez que el estímulo ya no está presente. La falta de inhibición provoca que no puedan proteger esta información de la distracción, por tanto ésta es mucho más volátil. En consecuencia, el niño con TDAH es menos capaz de aprender por imitación o de utilizar información almacenada en el pasado para resolver problemas presentes. Además, todo aquello relacionado con el tiempo como la organización, la percepción del paso del tiempo, etc. también queda alterado.
Estos problemas se ven reflejados en problemas a la hora de manejar los tiempos de trabajo en la escuela o en casa, en la incapacidad de repetir algo recién aprendido o repetido por la profesora y dificultades en el área de las matemáticas por olvidar el signo, las llevadas o los datos del problema

2. HABLA AUTODIRIGIDA

Las autoverbalizaciones son consideradas una herramienta muy potente para regular el comportamiento de los niños desde que se comprobó la eficacia del Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum (Meichenbaum y Goodman, 1971). Esta conversación interna permite a los niños guiar su conducta en base a reglas y perseverar de cara a conseguir metas.
El déficit que poseen los niños con TDAH en esta área no se basa en la inexistencia de este habla autodirigida, más bien el problema es que sus verbalizaciones son de carácter emocional (“qué rollo”, “qué cansado estoy”, “soy incapaz de hacer esto”) en vez de estar dirigidas a la acción (“ahora debo hacer esto”, “debo llevar cuidado para no equivocarme”, “ahora voy a repasar para comprobar que todo está correcto”), además de que suelen ser verbalizaciones externas o en voz alta en vez de encubiertas o en voz baja. Esto provoca que realicen las tareas de una manera impulsiva y poco planificada, que no se autoevalúen durante la ejecución, que no realicen repasos para encontrar errores o que no sepan auto-reforzarse tras un trabajo bien hecho.

3. CONTROL DE LA MOTIVACIÓN, LAS EMOCIONES Y EL ESTADO DE ALERTA

Identificar y regular las reacciones emocionales facilita la obtención de metas, ya que se podrían bloquear las emociones negativas para el desempeño de la tarea (ira, frustración, aburrimiento) y potenciar las positivas (optimismo, energía, percepción de capacidad). La incapacidad que tienen los pacientes con TDAH para generar emociones que motiven la acción provoca que dependan en gran medida de reforzadores extrínsecos e inmediatos que les ayuden a perseverar en su objetivo.
Un déficit de esta función provoca explosiones emocionales en el niño, además de una baja tolerancia a la frustración al no saber manejar las emociones negativas. La consecuencia de todo esto pueden ser problemas de conducta asociados a la no aceptación de un “no” o la poca capacidad de perseverar en tareas relacionadas con objetivos a largo plazo (por ejemplo: estudiar para un examen dentro de un mes o comenzar un trabajo que se entrega en dos semanas).

4. PROCESO DE RECONSTITUCIÓN

Los pacientes con TDAH tienen muchos problemas a la hora de analizar y dividir las conductas observadas en partes pequeñas para poder recombinarlas y diseñar acciones o soluciones nuevas. Esto hace que no sean capaces de generalizar una estrategia aprendida para otros contextos similares.  Esto tiene impacto en el día a día del paciente a la hora de encontrarse con situaciones nuevas en las que tiene que aportar nuevas soluciones, ya sean situaciones sociales, académicas o familiares. En el ámbito académico, por ejemplo, será complicado que el niño aplique conocimientos teóricos instalados en su mente a un ambiente práctico (puede saberse las reglas de ortografía de memoria, pero seguir escribiendo mal).
Por ello el enfoque del tratamiento ha de ser  multidisciplinar , como se recomienda en  las guías clínicas de TDAH, ello implica la  combinación de estos tratamientos

  1. Medico y/o farmacológico
  2. psicológico y psicopedagógico es la herramienta más potente para controlsr los síntomas del TDAH, que consiste en la informacion del trstorno y como les repercute, apredizaje de recusrsos para minimizar la clinica por su falta de atencion control y gestion del tiempo con el suso de agendas larmas etc. Aprendizaje del contrl de impulsos y manejo de la frustracion. valoracion de la autoestima etc
  3. Junto a todo esto, es necesario una intevencion familiar,padres o conyuges en el caso del adulto donse ademas de la informacion del que es el TDAH se le enseñe a  manejar problemas de conducta en el hogar , comprenderles y como poder ayudarles.

Implicaciones forenses en adultos con trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Implicaciones forenses en adultos con trastorno por déficit de atención con hiperactividad
 Forensic implications in adults with attention deficit hyperactivity disorder

Cristina Andreu a, , Julia Letosa b, María López c, Victoria Mínguez a a Instituto de Medicina Legal de Aragón Departamento de Educación del Gobierno de Aragón c Unidad de Salud Mental de Calatayud, Servicio Aragonés de Salud, Calatayud, Zaragoza, España

Palabras Clave Trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

TDAH. Psicología forense. Comorbilidad. Población penitenciaria. Trastornos de la personalidad. Keywords Attention deficit hyperactivity disorder. ADHD. Forensic psychology. Comorbidity. Prison population. Personality disorders.

 Resumen En el ámbito forense abundan los diagnósticos de trastorno antisocial de la personalidad, trastorno límite de la personalidad y abuso de sustancias psicoactivas, que comparten algunos síntomas con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y frecuente comorbilidad. Las disfunciones ejecutivas, atencionales y, especialmente, las dificultades en el control de la impulsividad y de la autorregulación emocional, presentes en el TDAH, también son comunes en población forense. En este trabajo se revisan aspectos de estos síntomas susceptibles de producir problemas legales al sujeto. Por último, se plantean algunas cuestiones sobre la evaluación forense y sus futuros efectos sobre la valoración de la imputabilidad en personas con disfunciones neurofisiológicas y neuropsicológicas en los circuitos que regulan la atención y la impulsividad.

Abstract In the forensic field, there are numerous diagnoses of antisocial personality disorder, borderline personality disorder and substance abuse, as we shall see, that share some symptoms with the attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) and frequent comorbidity. Executive dysfunction, especially attentional difficulties in impulse control and emotional self-regulation in ADHD, are also common in forensic population. In this paper, aspects of these symptoms likely to cause legal problems the subject are reviewed. Finally, some questions arise about the forensic evaluation and its future effects on the assessment of responsibility in people with neurophysiological and neuropsychological dysfunction in circuits that regulate attention and impulsivity.

El cerebro de los pacientes con tdah funciona mas lento y Pensar antes de actuar

Según Dr José Ramón Gamo, especialista en neuropsicología infantil del Centro de Atención a la Diversidad Educativa-Centro CADE-Madrid, el cerebro de un adolescente o niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) funciona más lento que el de uno que no padece este trastorno y, de hecho, en más del 70 por ciento de los casos  el indicador de velocidad de procesamiento en la prueba de competencia intelectual está muy por debajo de los niveles normales. este mismo autor refiere que la prueba de competencia intelectual da dos indicadores del cerebro cognitivo: hemisferio izquierdo (lingüístico) y hemisferio derecho, de ámbito científico (intuición, creatividad y viso-espacial). Acto seguido realiza otras dos medidas que son memoria de trabajo (función ejecutiva) y la velocidad de procesamiento, que es lo que mide la impulsividad.
“Un niño con TDAH a nivel cognitivo presenta un capacidad normal, más o menos buena como cualquier otro niño pero a nivel ejecutivo los resultados son significativamente peores respecto de los resultados obtenidos en sus pruebas verbales o manipulativas”, así de este modo, la corteza prefrontal del cerebro, donde se pone en marcha el cerebro consciente, donde se toma conciencia de las acciones y se miden las consecuencias, se activa con lentitud.
Esto explica que el niño ni atienda ni obedezca ni cumpla los castigos, porque no es capaz de procesar a tiempo esa información como debería. “No activa a tiempo al director de orquesta y no es capaz de dialogar con uno mismo, frenarse, establecer metas, autoevaluarse o concentrarse cuando una situación lo requiere”,
En general, se dice que los niños y adolescentes con TDAH son impulsivos y en realidad lo suelen ser, pero no porque vayan acelerados en su cabeza, sino por la lentitud a la que activan su córtex prefrontal, lo que les dificulta tomar conciencia de las consecuencias a tiempo y, por lo tanto, no les facilita poder refrenar su conducta.  “Es decir, pensar antes de actuar. Porque el problema reside precisamente en esta situación, en la función ejecutiva. La corteza prefrontal del cerebro de un chaval con TDAH no se activa en los milisegundos necesarios cuando se le da una orden y no puede pensar en las consecuencias”,

Entre el 30 y 40 por ciento de los adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son consumidores de alcohol u otras drogas

MADRID,. (EUROPA PRESS) –
Entre el 30 y 40 por ciento de los adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son consumidores de alcohol u otras drogas, siendo la cocaína la sustancia de mayor abuso, según han señalado desde la Clínica IVANE, situada en el Hospital Nisa Aguas Vivas (Valencia).
“Cuando se estudian las distintas condiciones que pueden resultar un factor de riesgo para el consumo de sustancias, uno de los elementos destacados son las distintas dimensiones de los rasgos de personalidad. En este sentido, es fundamental investigar si el paciente en cuestión ha padecido TDAH en la infancia”, ha asegurado el psicólogo de la clínica, Fermín Ferrero.
Esta situación da lugar a dudas en torno a la aparente contradicción ya que el TDAH se caracteriza por un elevado nerviosismo, inquietud y falta de concentración y la cocaína es una droga estimulante no caracterizada por ser calmante.
LA COCAÍNA RELAJA EL CEREBRO
Esto es así porque el consumo de cocaína tiene como efecto disminuir el foco de atención en unas pocas cosas manejables para la persona. El TDAH, por su parte, hace que se capte demasiada información hasta tal punto que nuestro cerebro es incapaz de procesar todo lo captado y, por ello, reacciona con nerviosismo.
Como el consumo de cocaína cierra el foco de atención a unas pocas cosas, el cerebro se relaja y es capaz de enfocar mejor a una o pocas actividades o estímulos, pudiendo concentrarse en sólo una o dos cosas.
Esto es congruente con la medicación contrastada que usualmente se receta a los niños con este mismo trastorno, los psicoestimulantes, y que como su propia palabra indica provoca una acción de enfoque a nivel psicológico en los pacientes que sufren TDAH, según los expertos.
NO SOBREMEDICARSE
Como prevención de esta situación, el experto explica que cada vez hay una mayor población infantil sobrediagnosticada y sobremedicada por este trastorno.
Por ello, “debemos abogar por una máxima racionalización tanto de los diagnósticos fiables y multidisciplinares por profesionales expertos, así como plantear alternativas terapéuticas efectivas, biológicas, psicológicas y educacionales”.
La finalidad es “dotar desde la infancia el máximo bienestar posible a estos niños y evitar una vulnerabilidad adquirida para que se desarrollen dificultades psicológicas o trastorno mentales en la adolescencia y, consecuentemente, disminuir la actual prevalencia de consumo de drogas y adicciones en personas adulta que padecen TDAH”, ha concluido.